Presentación

Quiero compartir mis reflexiones e ideas sobre el futuro de la sociedad


viernes, 13 de diciembre de 2013

Informe PISA y cohesión social


Hace unas semanas se publicaron los resultados del informe PISA 2012 por comunidades autónomas. Un primer análisis me dejó desconcertado. Me sorprendió la dispersión de los resultados y la falta de una tendencia clara, que permitiera explicar las causas de estas diferencias. Aunque las comunidades “ricas” parecían obtener mejores resultados, había excepciones significativas. Ningún criterio era obvio, y por  eso me decidí a investigar por mi cuenta.

Calculé el promedio de la “nota” del informe en las tres categorías (comprensión lectora, matemática y científica)) y lo contrasté con los datos de renta per cápita

 
 
Como intuía la renta proporciona un  índice de correlación bajo (0,47). O sea, ser más rico no asegura mejores resultados.
Traté de analizar el gasto de cada CCAA en educación, utilizando los datos del Observatorio Social de España, y los del INE. Sume los gastos por autonomía de hasta 2011 respecto a los  habitantes. Los resultados fueron frustrantes (R2< 0,1). Tuve de dar la razón al Ministro Wert. Mayores gastos no implican mejores resultados. Me temo que la falta de rendimiento en resultados, se debía al mal uso de esos fondos y/o a una nefasta gestión, pero me faltaban datos para analizarlo.
Quizá los resultados dependían del modelo de desigualdad social en que se desarrollaba la etapa educativa. Comparé los datos EUROSTAT del porcentaje de población en riesgo de exclusión respecto al promedio de la “nota del informe PISA”, y “voilà” la correlación arrojaba un índice de 0,76.
 
 
 
Esto demostraba que los resultados en Educación están íntimamente relacionados con la cohesión social. Aquellas CC.AA. en la que existe más pobreza, con más ciudadanos en riesgo de fracaso vital son más susceptibles a los malos resultados educativos.
Como en tantos otros aspectos de nuestra vida en sociedad, el éxito no consiste en que unos pocos progresen mucho, sino en que nadie se quede fuera. Para progresar se requiere una sociedad cohesionada, con oportunidades para las personas, pero también con garantías para los más desfavorecidos.
 

lunes, 25 de noviembre de 2013

Lo Hacker



Yo me considero un hacker. ¿Pero qué es ser hacker o pensar como un hacker?
Cada vez estoy más convencido que muchas cosas y conceptos diversos sobres los cuales no todos los hackers estarán de acuerdo, o matizarán, o terminarán hackeando. Para mí, la esencia más pura del pensamiento hacker la destiló Himanen, mediante la expresión de una ética de valores, de la cual se pueden desprender actuaciones en otros ámbitos de la vida. Pero incluso cierta terminología que utiliza puede resultar de interpretación ambigua. Himanen utiliza el término hackerismo, para designar el “espíritu alternativo que cuestione la ética protestante”. También yo he utilizado en mis escritos el término hackerismo,  si bien actualmene la considero inadecuada.  El sufijo –ismo se utiliza habitualmente para designar una doctrina o ideología, pero el pensamiento hacker propone más bien una cosmovisión, una forma de pensar y actuar ante la vida con libertad y pasión creativa, reinventando el mundo.

Mc Kenzie Wark desde una perspectiva criptomaxista habla de clase hacker para denominar a las personas creadoras de abstracción. Pero como el mismo Wark reconoce, la descripción del fenómeno hacker no puede ser completa porque es diversa. No es un estamento monolítico, sino nodos de una red, constantemente reconfigurada. Por todo ello, no es clasificable y no es aceptable compararlo con ideologías diversas.

Por eso yo propongo utilizar a partir de ahora la denominación “Lo hacker” para describir la  interpretación de aquellas maneras comunes a los hackers. Y como para ser hacker, hay que desaprender continuamente, también espero equivocarme en los análisis que pueda hacer de Lo Hacker. Otros hackers opinarán y darán su propia versión.

Presento algunas interpretaciones de los que, para mí es la naturaleza de “Lo hacker”. En próximas entradas completaré esta visión.
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Lo hacker es multiverso. Existen tantas realidades como nodos de la red. Lo hacker es un nodo o nodos de una red, diversos y con interfaces sobre otras redes. Lo hacker nunca es una clase.. No es un estamento monolítico. Si Lo hacker fuese una clase, sería una clase “abstract”. Cómo el mismo Wark reconoce al asociar la abstracción a Lo hacker. Una clase abstracta declara métodos, pero no tiene que implementarlos. Un hacker hereda bases, valores, pero requiere de su propia especificación. Lo hacker es siempre una descripción incompleta. El hacker es un individuo único con interfaces fuertes y débiles a sus comunidades/nodos.

Lo hacker es red. Lo hacker parte de una decisión individual, pero rara vez se obtendrá un hackeo efectivo y sustancial si no se genera una comunidad en red que lo soporte. El nodo y la comunidad-red en que el hacker deposita su confianza y su acción, son el verdadero promotor del hackeo. Sin el trabajo en red, sólo existe excentricidad individual. Las comunidades pre-hacker con redes débiles, no permitían el feedback y ni el avance sobre las bases ya trabajadas, con lo que obligaban a una constante reformulación. Además, las comunidades no abiertas, producían formulaciones escolásticas y/o esotéricas. Lo hacker crece y se convierten en cosmovisión dominante cuando la red es abierta, instantánea y de conexión constante y global. Por eso, solo el informacionalismo ha extendido y concretado la implementación hacker en casi todos los ámbitos de la vida.

viernes, 8 de noviembre de 2013

Educación para la ciudadanía


Este era el título de una polémica asignatura, cuyo objetivo era educar para ser “buen ciudadano”. En este artículo voy a reivindicar la necesidad de más educación para toda la ciudadanía, en otra perspectiva educativa, más amplia y acorde con los tiempos.
Hagamos un breve análisis de la situación socioeconómica en España, destacando algunos puntos claves:

Con esta perspectiva, parece claro que el modelo productivo y la cualificación educacional no están acordes ni son compatibles. En este sentido, el consenso de los expertos es amplio.

Como salida de la crisis, muchos abogan por la necesidad de  incrementar el emprendimiento y la innovación en las empresas, y en toda la sociedad. Yo estoy de acuerdo con ambas posturas, porque como he indicado en otros posts, son dos actitudes acordes con los valores hacker de  libertad, pasión y creatividad. Pero para conseguir ese cambio de actitud en la sociedad, primero se debe desear colectivamente, (es más efectivo tratar de conseguir algo porque se quiere, no porque se debe). Y para ello no existe ningún driver mejor que la educación, tanto para abrir nuevos horizontes en las mentes, como para adquirir la capacitación necesaria modificar el comportamiento de la sociedad.

Es unánime que la educación de nuestros niños y jóvenes debe mejorarse. Y eso debe realizarse a través de una ley de educación dónde se escuche a los expertos, y se incorporen las mejores prácticas de otros países con éxito probado. Pero olvídense de LOGSES y LOMCES… En el mundo actual, de cambios vertiginosos y con una sociedad de millones de excluidos laborales, la educación debe ser continua y de acuerdo a la que el ciudadano demande durante toda la vida. ¡¡La educación debe ser para la ciudadanía!!. Las personas tenemos derecho a reinventarnos si lo deseamos, sin estar sometidos y encasillados en una vida que no nos apasiona. Por eso, desde las instituciones deben facilitarse los medios para que todos podamos conseguirlo, en función de nuestras capacidades.

Además de la formación de base, hay que incrementar y mejorar otros dos aspectos educativos:
  • La formación profesional.
  • La educación de adultos.

La formación profesional.

Y me refiero aquí a la formación durante y para el ejercicio de una profesión, no a los planes educativos. Las políticas de formación profesional están ejecutadas por la Fundación Tripartita para la Formación en el Empleo. Esto hace, que los cursos y objetivos educacionales sean marcados por sindicatos y empresarios, pero en contadas ocasiones se cuenta con el trabajador, sus intereses y/o necesidades.  Así han surgido distintos escándalos de desvío de fondos  y contratación de “amiguetes” para realizar la formación en las empresas. El fracaso de dichas políticas es evidente ante la situación de  descompensación entre las necesidades laborales y las capacidades adquiridas por los trabajadores.

Para mejorar la situación  se deberían tener en cuenta los siguientes aspectos:
  • La implicación de los ciudadanos en la definición de los programas. Son las personas quienes deben adquirir los conocimientos, y por tanto los que mejor conocen sus propias necesidades.
  • El balance de la oferta formativa entre las necesidades empresariales y las perspectivas de evolución del modelo productivo. Es decir, se debe ofertar para cubrir necesidades actuales y futuras.
  • La implicación de expertos de distintas áreas para la creación de una formación profesional multidisciplinar.
  • El incremento de formación en conocimientos de gestión y habilidades directivas. Porque el cambio de modelo productivo y un aumento del emprendimiento requiere de conocimientos (planificación, contabilidad, marketing,…) y de habilidades (gestión del riesgo, de equipos humanos,…), que van más allá de las capacidades técnicas.
  • Ligar la formación a desempleados con periodos de formación en empresas, adecuadamente remunerados.
  • Dotar a los trabajadores de un fondo propio de formación (tanto con dotación económica como temporal en horas/año) para su libre disposición, de forma que la utilicen según sus necesidades e intereses. 
Fondos dedicados a Formación profesional para empleo en 2012
 
La educación de adultos.
Pero la educación de los ciudadanos no puede quedarse en el ámbito puramente profesional. Primero, porque una sociedad sana debe ser una sociedad educada y con criterio, lo que conlleva un continuo aprendizaje. Las tecnologías y los cambios vertiginosos de la sociedad obligan a un continuo reciclaje, a una reinvención de formas de ver y actuar ante el mundo. La era de la información ha dejado aparcados a muchas personas, que no han adquirido ni siquiera el rango de “inmigrantes digital”.  Pero además, muchos ciudadanos no han recibido la adecuada formación en su etapa  formal, ni esta estaba orientada a la interactuación con la sociedad. ¡¡A cuantos nos hubiese facilitado la vida un reciclaje en Derecho o Economía para hablar con Bancos, con la Administración o para hacer la declaración del IRPF!!. Incluso aunque algunas de estas capacidades formasen parte de los planes de formación, deberíamos tener mecanismos para adaptarnos a nuevos cambios.
Pero además, la ciudadanía debería tener la facilidad de ampliar sus conocimientos, de reinventarse, de emprender nuevos caminos que le permitan vislumbrar un horizonte distinto. Eso es lo que permite evolucionar a la sociedad y un progreso real de sus ciudadanos. Solo la riqueza espiritual que aporta una educación total, puede abrir paso a nuevas formas de riqueza material, socialmente equitativa y sostenible.
Por todo ello, reivindico una educación integral, continuada, y de fácil acceso por parte del ciudadano. Es decir, más que educación, necesitamos un acceso libre al conocimiento, demandado de abajo hacia arriba, desde el ciudadano al Estado y no al contrario.  Porque sólo así nos libraremos de viejos esquemas mentales y seremos capaces de encontrar soluciones a los nuevos retos que se avecinan.
 

martes, 29 de octubre de 2013

Proyectos ágiles


Mi libro “La corporación hacker” describe un modelo empresarial basado en la colaboración y la ética hacker. Una de las conclusiones a las que llego, es que el modelo organizativo debe fundarse en una estructura proyectizada, es decir, orientada a la Gestión de Proyectos.
A pesar de ello, no profundizo sobre los métodos o la organización de los equipos del proyecto. En este artículo trataré de dar unas pinceladas sobre mi visión del futuro. Trataré de explicar por qué serán los métodos ágiles (Agile) los que se impondrán en una sociedad “hacker”.
La tecnologías de desarrollo Agile, surgen en marzo de 2001, cuando un grupo de desarrolladores de software establecen un manifiesto y crean unos nuevos métodos de desarrollo en contraposición con otras normas que consideraban excesivamente “pesadas” y rígidas. En él indican que para obtener unos objetivos adecuados se debe anteponer:

  • A los individuos y su interacción, por encima de los procesos y las herramientas.
  • El software que funciona, por encima de la documentación exhaustiva.
  • La colaboración con el cliente, por encima de la negociación contractual.
  • La respuesta al cambio, por encima del seguimiento de un plan.

“Aunque hay valor en los elementos de la derecha, valoramos más los de la izquierda.”
Esto no implicaba que otras metodologías fuesen contrarias a la “ética hacker”, pero con este manifiesto se da una nueva vuelta de tuerca para profesionalizar la colaboración y confianza entre productores y  clientes del software.

Las metodologías ágiles se orientados a generar productos focalizados en la entrega de valor, antes que al seguimiento de un plan preestablecido, con lo cual encajan de forma más clara con el objetivo de una empresa hacker.

Es decir, la característica más importante es que dan la vuelta al paradigma de restricciones. Son el coste y el tiempo  lo que marca el desarrollo poniendo el foco en las características, y  por tanto valor, del producto entregado.
Las metodologías Agile, son ideales para realizar proyectos adaptativos, dónde se añade  valor de forma incremental en “sprints” rápidos y  con evaluaciones progresivas sobre el valor entregado.
Esta forma de trabajo, es muy adecuada en la sociedad actual, dónde se dan las siguientes circunstancias:
  • Ni el cliente ni el mercado saben exactamente que quieren hasta que no lo prueban. Las innovaciones, los nuevos productos son difícilmente evaluables hasta que no se ha recibido feedback de los consumidores. La línea de desarrollo debe estar abierta al valor que percibe la sociedad.
  • Los cambios y gustos de modifican rápidamente, y la adaptación al cambio debe formar parte de la idiosincrasia operativa. La innovación se ha convertido en gestionar el cambio constante.
  • La incertidumbre en una característica co-sustancial con el desarrollo de un proyecto, dado su carácter único, pero el grado de incertidumbre ha crecido exponencialmente. Hoy las empresas deben aceptar que no es posible tener un control total ni el conocimiento absoluto del proyecto.
  • La generación de valor sostenible debe conseguirse mediante una correcta gestión de los recursos (coste y tiempo).
Por ello, los desarrollos Agile son más acordes con la evolución hacia una sociedad “hacker”.
Pero si profundizamos en los roles y las formas de trabajo, también se observa un alto grado de coherencia con los valores hacker. El desarrollo es transparente, en tanto que los backlogs ( o colas de requisitos) son conocidos por todo el equipo, y su valoración se realiza de forma colaborativa. La organización del equipo es menos jerárquica, y más corresponsable. Las tareas a ejecutar en cada ciclo de desarrollo (sprint) están disponibles en el tablero y cada miembro del equipo selecciona y desarrolla bajo su responsabilidad.
No todo es ideal en esta metodología, y todavía hay camino que recorrer. Su aparición estaba perfectamente adaptada al desarrollo de software, y es muy asimilable al ámbito de los servicios. Pero es difícil encajarlo en otro tipo de productos. Por ejemplo, no imagino cómo construir un puente de forma adaptativa.
También su futura evolución dependerá de la implantación de los valores hacker en toda la sociedad, ya que incluso la relación entre cliente y proveedor influirá en la creación de contratos ágiles para el desarrollo de productos.  Es preciso que estos se basen en la confianza mutua, la corresponsabilidad y la transparencia, para que la adaptabilidad sea parte intrínseca del proceso contractual. Muy al contrario que el modelo contractual anglosajón, basado en la obsoleta ética protestante-capitalista, abocado a desaparecer.
 

lunes, 14 de octubre de 2013

Otro ataque a la libertad


La pasada semana, el Tribunal Constitucional emitió  sentencia avalando que la empresa pueda vigilar el e-mail de sus trabajadores. Esto constituye un nuevo ataque contra las libertades individuales y la privacidad de las comunicaciones.
Para analizar la situación, me gusta abstraerme del hecho concreto y buscar la generalidad de lo ocurrido. Yo me pregunto:
  • ¿qué opinaríamos de una empresa en la que recibimos todo el correo a nuestro nombre con los sobres abiertos y manipulados? ¿sería aceptable?.
  • ¿y si grabasen nuestras conversaciones telefónicas?.
  • Y yendo más allá..¿y si las llamadas en nuestro móvil privado pudieran ser interceptadas mientras permanecemos en los locales de la empresa?
Obviamente todas estas situaciones son inaceptables.
El hecho concreto, se desvirtúa cuando conocemos que el trabajador estaba pasando información a la competencia. Y el TC la entiende justa dado que se daban cuatro hechos:
  • Era una medida justificada, pues existían sospechas.
  • Era idónea para la finalidad pretendida, ya que debía conocer la irregularidad.
  • Podía considerarse necesaria, dado que, era para recabar pruebas.
  • Era ponderada y equilibrada pues se realizó con un perito y un notario
 
Pero señores del TC. Todos sus argumentos, no garantizan el artículo 18 de la Constitución  que reconoce, nuestro derecho a la intimidad personal, dado que no estaba avalada por un permiso judicial para ello. En este aspecto, la American Civil Liberties Union (ACLU), con años de experiencia en EE.UU luchando por los derechos civiles lo tiene claro: “Email isn't any less private because the person who wants to read it is a local police officer or an FBI agent rather than a hacker. It is time for Congress to update our electronic privacy laws and ensure that the government won't read any of our mail without getting a warrant based on probable cause.”

Es decir, nuestras comunicaciones sólo podrían ser violadas si existe causa probable y además se obtiene una garantía judicial. Ante conflicto de derechos sólo el juez puede decidir la toma de pruebas de forma legal. Es indiferente si los medios técnicos para dicha comunicación son propios o ajenos, o se disfrutan en propiedad o son en usufructo, son electrónicos o analógicos. Las comunicaciones personales son inviolables
Si permitimos el control de los trabajadores en una empresa, estamos abriendo las puertas al espionaje indiscriminado del Estado, que en su propia autocomplacencia, se termina convirtiendo en un Gran Hermano orwelliano, controlador de la libertad tanto individual como colectiva.

No sé si los Magistrados del TC han tenido en cuenta que ahora, el CGPJ como superiores jerárquicos o el propio Ministerio de Justicia como sus empleadores, podrían fiscalizar su comunicaciones y verificar si utilizan los medios de la función pública para asuntos personales. En ese caso, quizá puedan echar a alguno de ellos.. ¡No todo está perdido para la ciudadanía!

jueves, 29 de agosto de 2013

El fluir del crédito


Una de las consignas más repetidas por empresarios y políticos en los últimos tiempos es “En España no fluye el crédito”. Pero ¿es cierto?   ¿Se Necesita  que fluya más crédito en el Estado Español? Pues depende del tipo de crédito, para qué proyecto y para quien. Veamos.

Es claro que la concesión de crédito a la empresa ha descendido, e incluso el FMI advierte del hundimiento del crédito en España. En un ambiente de recesión y con un mayor riesgo en la viabilidad de los proyectos, es lógico que el crédito disminuya. Pero no olvidemos que los Bancos no conceden créditos porque sus activos se han devaluado después del estallido de la burbuja inmobiliaria y es más rentable financiar al Estado que a empresas y particulares.

 

Pero analizar el problema, me centraré en dos aspectos del mismo:
  • El Banco que concede el crédito: No es lo mismo un banco privado, libre para decidir su negocio, que un banco intervenido que se mantiene con una inyección de capital del Estado (o sea nuestro).
  • Actividad financiada: Tampoco es igual un crédito para una actividad que redunda en el bien común o en un cambio de modelo productivo deseado por la sociedad, que un crédito especulativo que pueda terminar en una socialización de la deuda mediante un rescate.
 
Para entender la situación, es preciso conocer que un crédito es la creación de dinero de la nada, con un mínimo respaldo de reserva sobre los depósitos (según el denominado coeficiente de caja o de reserva fraccionaria). Es decir, el Estado da una “licencia” a los Bancos para crear dinero.  Caso más flagrante es el de aquellas entidades en que el Estado ha aportado capital (intervención) y por tanto la sociedad es dueña (en parte) de dicho Banco.
Al final, la capacidad  para conceder crédito está en poderosas manos privadas, y concederán el crédito a quien quieran, en función de sus intereses, y no de la sociedad. Sin embargo, se han aprovechado, y siguen haciéndolo, tanto de una “concesión” de los Estados para crear dinero, como de la socialización de sus pérdidas. Es por ello, que la sociedad debería tener cauces de actuación sobre las entidades financieras, tanto intervenidas como no, más allá de la mera supervisión ejercida por los Bancos Centrales.
Respecto a la tipología de las actividades financiadas, nadie puede negar a quien asume el riesgo (el Banco), la capacidad para rechazar la concesión de un crédito. Ni el Estado ni nadie pueden obligarle a prestar su propio dinero. Por una parte, los bancos utilizan programas a análisis de riesgos (scoring) para limitar al máximo la posible morosidad, exigiendo avales que cubran la pérdida. Pero hay ocasiones en que el Estado les blinda por ley del riesgo asumido. Así ocurre en el caso de los créditos hipotecarios, dónde se pueden exigir avales extras, (más allá del valor del inmueble), e incluso la deuda puede persistir en el tiempo al no contemplar la dación en pago, mediante subterfugios que rozan la ilegalidad.
Pero lo realmente grave para la sociedad es que los Bancos nunca van a financiar cambios o innovaciones del modelo productivo. “La innovación que provenga del mercado será sólo incremental y cortoplacista” como dice Xavier Ferrás. “Todas las tecnologías que hoy sustentan grandes sectores emergentes, inexistentes hace unos años, han sido desarrolladas bajo sólido impulso público”. Es decir: No esperen que sean los Bancos y su crédito el que nos saquen de esta crisis. El cambio de modelo que necesitamos no estará financiado por los Bancos hasta que el nuevo negocio no esté consolidado y su riesgo de pérdidas minimizado. Es por ello, que para desarrollar los grandes proyectos de la humanidad, que requieren una visión intergeneracional a muy largo plazo, no podemos esperar financiación privada.
El crédito no es la panacea, e incluso ha sido parte del problema actual. Sectores muy liberales (como Daniel Lacalle,  cercano a la Escuela Austriaca) admiten que el crecimiento mediante la deuda es una droga, y por tanto incontrolable. Pero por desgracia, es una droga legal, y necesaria. Necesaria para el funcionamiento corriente de empresas y para el arranque de nuevos proyectos.
En resumen:
  • La ciudadanía tiene derecho a decidir o limitar cómo y en qué se concede crédito por parte de los Bancos, bien porque están intervenidos, o bien por que usan un coeficiente fraccionario para crear dinero.
  • Se deben incrementar y facilitar otros medios de financiación estatales y/o particulares para que la sociedad evolucione en una mejora del bien común.
Como conclusión apunto algunas ideas que ayudarían a mejorar el flujo de crédito, pero también a orientar el sentido del mismo hacia una salida de la crisis:
  • Establecer criterios de preferencia en la concesión de crédito, penalizando sectores o tipos de empresa, y beneficiando aquellos que la sociedad considera prioritarios.
  • Creación de impuestos y exenciones a empresas dependientes de dichas políticas.
  • Creación de organismos estatales que supervisen y validen la concesión de crédito, rechazando o incentivando créditos según su prioridad social. Reforma y ampliación del ICO para cubrir dichas funciones.Mejora de las políticas de crowfunding y/o crowlending, así como Business Angels en especial en:
  1. Mejora del tratamiento fiscal de los préstamos y donaciones de particulares.
  2. Integración en el ICO de actividades de financiación particular para proyectos sociales y/o altamente prioritarios.
  3. Garantía parcial del préstamo mediante fondos públicos.
 
 
 
 
 
 

miércoles, 31 de julio de 2013

Política Hacker


Las personas nos relacionamos con el mundo a tres niveles, como individuos, con nuestras comunidades/sociedad, y con el resto del entorno/humanidad. Cada nivel se entrelaza con el resto. La interacción de los humanos en estos tres ambientes (de pervivencia individual, social y de manejo del entorno) es intrínseca a nuestra naturaleza, y factor crítico para  nuestra evolución hasta ser especie dominante en la Tierra.

La política es la organización de los ciudadanos para establecer reglas de convivencia que permitan el desarrollo personal y social. A grandes rasgos, podemos establecer que dependiendo de dónde se focalice la ideología,  aparecen tendencias centradas en el individuo (el liberalismo) o en la preponderancia de la comunidad y el Estado frente la persona (comunismo). En las últimas décadas se ha tomado conciencia de la importancia de mantener el entorno y ha aparecido una nueva opción, el ecologismo (los verdes). El individualismo/liberalismo se basa en la creencia que gracias al egoísmo individual se logra el bienestar general, y con ello una sociedad desarrollada. Por el contrario, el comunismo parte de la base que el progreso social requiere de un Estado fuerte e igualatorio, que actúe por encima de las libertades individuales. Es decir, la política tradicional (de derechas e izquierdas) se ha polarizado hacia aspectos concretos de nuestros atributos humanos, olvidando nuestra esencia agregada.
La ética hacker constituye un nuevo paradigma de pensamiento y actuación, que ha integrado con más éxito la relación individuo-comunidad-entorno. Parte de valores profundamente individuales como la libertad y la búsqueda de la pasión en todo acto humano. Pero se extiende a su comportamiento en la comunidad-red, mediante la colaboración libre, transparente, orientada a la búsqueda de Valor y no de beneficio, con reconocimiento equitativo de los méritos, y respeto al diferente. Todas las actuaciones deben seguir una línea coherente y corresponsable con el resto de la Humanidad y el entorno.
Esta nueva “cosmovisión”, ha de generar, sin duda, una nueva forma de hacer política, más transversal, pragmática y creativa. Por una parte, la ética de la red (colaborativa, corresponsable y meritocrática)  implica el desarrollo del Estado basado en una democracia más participativa y directa, en la que la ciudadanía tenga el verdadero poder soberano. Es decir, la democracia formal del “hackerismo”, debe contemplar los mecanismos de participación ciudadana en red, que permitan ejercer un control efectivo y transparente sobre las instituciones.
Respecto a los logros materiales de esta nueva forma democrática, estos deben basarse en la búsqueda de soluciones pragmáticas, avaladas por expertos con méritos reconocidos, y reservando la posibilidad de enmienda colaborativa y equitativa de la ciudadanía.  Siempre debe estar presente la máxima hacker que dice: “Ningún problema debería resolverse dos veces". El objetivo del bien común debe alcanzarse con la mayor transversalidad posible, balanceando las necesidades individuales, sociales y de sostenibilidad del entorno.
Analizando los movimientos ciudadanos, se puede concluir que muchos de ellos son cercanos al paradigma hacker (el #15M sin ir más lejos). Pero solo encuentro una opción política coherente con estos valores y con suficiente voluntad política para implantar un nuevo modelo democrático: “La red ciudadana-Partido X”. Su programa parte de la implantación de los 4 mecanismos de participación en #DemocraciayPunto (Transparencia, Wikigobierno, Derecho a voto permanente, y referéndum obligatorio y vinculante). Para el desarrollo  material de la democracia, contemplan un Plan de Contingencia para salir de la crisis, revisado por expertos y enmendado por la ciudadanía.
En definitiva, esta Red ciudadana representa el nuevo paradigma político que se abre camino para resetear el sistema.

jueves, 25 de julio de 2013

Los servicios del estado


¿Qué es el Estado? A través de la historia, diferentes teorías han tratado de dar respuesta a esta pregunta.
Weber lo asocia a la facultad coactiva del derecho que lo sostiene. Jellinek  a una comunidad de ciudadanos soberanos. Otros lo demarcan en un territorio concreto y las teorías nacionalistas a una cultura común.  Independiente de teorías o de la propia historia de su gestación, el Estado es un concepto, que por su carácter social debe evolucionar con el hombre.
En  la sociedad actual, el Estado es para mí, una comunidad de ciudadanos organizada para darse a sí mismos unos servicios que de individualmente no alcanzan a satisfacer. Esto implica regirse por unas normas (Derecho) y su capacidad para hacerlas cumplir a sus individuos, siempre en aras a mejorar el bien común. Es decir, el valor principal del Estado son sus ciudadanos, y por tanto está a su servicio. Cualquier ejercicio del poder que usurpe este principio deslegitima a las instituciones que lo ejercen (sea el Gobierno, el parlamento o la justicia, que no son sino los tomadores de un poder delegado).
Así pues, la comunidad-Estado debería decidir, entre sus integrantes, los servicios que aportará al conjunto. Dichos servicios deberían valorarse en cuanto a la satisfacción de unas necesidades cuasi naturales   (o leyes de la humanidad ). O sea, los servicios que a nosotros mismos nos damos deberían valorarse de acuerdo a la pirámide de necesidades de tanto individuales como sociales, y por tanto, los servicios que debe aportar el Estado, deben tender a cubrir cada uno de los estadios de nuestro desarrollo. No es aceptable, por ejemplo, que una comunidad con desarrollo pleno y con un exceso de producción de alimentos deje morir de inanición a alguno de sus miembros.
A continuación apuntaré los “los servicios mínimos” necesarios que yo deseo para que me “registre” como miembro de un Estado.
·        Seguridad Social. Debe aspirar a conseguir que ningún ciudadano tenga carencias de techo y sustento mínimo, tanto en su etapa productiva, como en la vejez. No debe ser “papá” estado quien cubra todas las necesidades, pero ningún ciudadano debe morir en la calle.

·       Sanidad. La sanidad debe ser igual y de libre acceso a todo ciudadano. No la llamo gratuita, porque la paga toda la Sociedad. Pero nadie puede beneficiarse de la salud pública. Es un centro de coste para el Estado y debe ser gestionado eficientemente. Pero no es admisible que la calidad sanitaria genere un margen comercial.

·      Educación. Es el mayor centro de beneficios de la sociedad, pues el dinero invertido repercute positivamente en el desarrollo futuro. La educación no es sólo una cuestión de niños, (aunque sea la parte más importante). Y solo una sociedad con educación continuada, innovadora y creativa puede reinventarse día a día. Cada cual puede elegir dónde formarse, pero los recursos públicos deberían becar sólo aquellas instituciones sin ánimo de lucro, o del propio Estado-comunidad.

·       Justicia. La justicia es el servicio más ligado a los valores que como sociedad esperamos. Debe responder a una escala ética común.

·        Infraestructuras: Como comunidad debemos costearnos aquellas infraestructuras necesarias para el desarrollo de nuestra sociedad, tanto de transportes (carreteras, aeropuertos) como de comunicaciones u otra. Todo ello no se puede costear individualmente y requiere una inversión conjunta por parte del estado

Además de estos servicios yo espero del Estado una eficiencia en cuanto a

·       Seguridad. Sobretodo interna al territorio asociado y ante amenazas exteriores. No tanto respecto a la geopolítica mundial.

·     Gestión y Administración de lo común (Finanzas, inspección o, mantenimiento de infraestructuras), y atención a los ciudadanos.

·       Relaciones exteriores (como comunidad con otras sean Estados u otras comunidades)

·       Aparato legislativo. El mínimo de expertos necesarios para desarrollar la norma social.
Fuera de estos servicios, cualquier parte del Estado es prescindible, en tanto que son servicios que pueden ser contratados, cuando exista necesidad y recursos para ello. Esto no quiere decir que no aspiremos a buscar lo mejor como sociedad, y por tanto fomentemos, busquemos y aspiremos al máximo bien común y a las  mayores realizaciones. Pero otros servicios de este catálogo, deben adherirse o eliminarse, sin ser un lastre para los individuos, y en todo caso no han de formar parte intrínseca de la estructura estatal.
Ejemplo de Piramide social de necesidades

jueves, 18 de julio de 2013

La creación del dinero

Es sorprendente que cuando a alguien le preguntas ¿Cómo se crea el dinero? El primer pensamiento pasa por el Estado imprimiendo billetes. Pero la realidad del sistema financiero es otra. La mejor descripción la he encontrado en el libro de Alfredo Pastor, “La ciencia humilde, economía para ciudadanos”, por eso transcribo abajo un extracto de su libro, donde se explica cómo se crea el dinero de la nada y el origen de los bancos.

Si alguien se ha quedado con las ganas de saber más sobre el privilegiado negocio de los bancos le recomiendo ver el siguiente video (dura unos  45 minutos)

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 El control de la cantidad de dinero está en el origen del sistema financiero, y no es posible entender bien la operación de la política monetaria sin saber algo del proceso de creación del dinero.
Empecemos por situarnos en un mundo sin bancos centrales, en el que el único tipo de dinero reconocido fuera la moneda metálica: un mundo que se correspondería con bastante exactitud al de la Europa medieval. Supongamos que un comerciante veneciano hubiera ganado mucho dinero en la feria de Amberes, y tuviera la intención de seguir operando allí; antes que regresar a Venecia con  su dinero a cuestas y verse expuesto a ser desvalijado a la ida o a la vuelta, preferiría dejar su dinero en Amberes, confiando a la custodia de alguien de confianza y provisto de sólidas cerraduras en su puerta. Lo mismo harían otros comerciantes, de modo que el custodio se convertiría en depositario de una gran cantidad de dinero en metálico, cobrando, naturalmente, una comisión por sus servicios y obligado a devolver el dinero a sus propietarios, en cuanto estos lo reclamasen. El depositario no tardaría en darse cuenta de que, como sus comerciantes aparecían por su casa a intervalos regulares, él podía prestar el dinero depositado a interés, por plazos naturalmente inferiores a las apariciones de sus propietarios, y esta actividad de prestamista pasaría a convertirse en su principal negocio, por ser más rentable que la mera actividad de custodio.
Con el tiempo, aparecería otra innovación importante: el prestamista no entregaría dinero en metálico al conceder un préstamo, sino que se limitaría a emitir pagarés o certificados por una cantidad de dinero, a su nombre y con su garantía. Al ser persona conocida en la plaza, esos pagarés circularían como dinero, porque serían aceptado por muchos como medio de pago, más cómodo y seguro que el trasiego de monedas; solo de vez en cuando alguien se molestaría en presentarse ante el prestamista original para reclamar el canje de su pagaré por dinero en metálico, quizá porque hubiera de desplazarse a otra ciudad. Con el tiempo, el prestamista utilizaría esos pagarés para conceder crédito a sus clientes: a cambio de devolver al prestamista en el futuro la suma inicial y el interés, ambos en metálico, el cliente recibiría un pagaré que podría emplear como medio de pago. Con esta innovación aparecen los dos primeros elementos del sistema bancario moderno. En primer lugar, que la cantidad de dinero está formada por dos componentes: las monedas metálicas, único dinero “real”, y los pagarés del prestamista, que uno puede utilizar como medio de pago allí donde sea aceptado. En segundo lugar, las monedas metálicas están acuñadas por las autoridades y su volumen queda fuera del control del prestamista; los pagarés, en cambio, son emitidos por el prestamista, y su volumen depende de él.
No puede ser prestamista una persona cualquiera: es necesario gozar de buena reputación para que los pagarés que uno emite sean aceptados como medio de pago. Para ello es necesario que todos estén convencidos de que el prestamista puede responder en cada momento entregando en dinero metálico el equivalente de sus pagarés, siendo capaz, además de devolver el dinero recibido en depósito por parte de los comerciantes. Por consiguiente, el prestamista ha de tener cuidado en no emitir demasiados pagarés, es decir, de no conceder demasiados créditos; su capacidad para otorgarlos dependerá, no sólo de la cantidad de dinero en metálico depositada en sus cofres, sino de la frecuencia con que sus propietarios acudan a reclamarla. Con el tiempo, la experiencia le dirá que si, por ejemplo, tiene dinero en metálico por valor de 1.000, el volumen total de crédito concedido – es decir, la cantidad de pagarés emitidos – no debería ser superior a 10.000. Si excede ese volumen, aumenta el riesgo de que, en su momento dado y por cualquier razón, se le presenten peticiones de metálico superiores a sus reservas: en ese momento, si nadie le presta la diferencia, el prestamista deberá declararse en quiebra.
Es sorprendente comprobar cómo esta descripción de las actividades de los primeros banqueros aún captura caracteres esenciales de un sistema bancario moderno. Los dos rasgos más importantes para nuestros propósitos son, primero, que en nuestras economías la creación de dinero la llevan a cabo el Banco Central y, en mayor medida, la banca comercial; y, segundo, que el Banco Central puede poner un límite al volumen de crédito que la banca concede – es decir,  la cantidad de dinero que emite – porque obliga a mantener el equivalente de una fracción de los créditos concedidos en forma de unos activos que sólo él emite, y que corresponden a la moneda metálica en los cofres del prestamista de antaño.Pastor, Alfredo; “La ciencia Humilde”. Editorial Crítica, 2010. ISBN: 978-84-9892-181-6