Presentación

Quiero compartir mis reflexiones e ideas sobre el futuro de la sociedad


viernes, 19 de abril de 2013

El verdadero poder


Los políticos no hacen política, porque no tienen el poder. En nuestra sociedad tardo_capitalista quien detenta el poder son las corporaciones, financieras, industriales o de servicios. Las empresas son el núcleo de la sociedad, las que crean riqueza o pobreza en la sociedad, y quienes mueven los fantasmagóricos mercados. Pero las empresas no son entes democráticos y su objetivo no es incrementar el bien común de la sociedad. La famosa película “The corporation” las califica incluso de organizaciones psicópatas.  Las corporaciones dominan la política pero también los mass-media y la economía real.

Varios autores consideran que el sistema capitalista ha perdido sus valores originales quedando imposibilitado para aportar soluciones a largo plazo para la sociedad humana. Galbraith en su libro “La economía del fraude inocente indica que el sistema capitalista ha incurrido en una serie de “fraudes”  que dejan detrás un rastro de incoherencia respecto a sus principios fundadores. El principal, es el robo que  la “dirección corporativa” realiza de las empresas,  detentando un poder que corresponde al verdadero dueño (el  accionista). Ello hace que la corporación funcione como “burocracia” donde el burócrata  (gestor) establece las reglas.

Pero no olvidemos, que las empresas son los verdaderos creadores de riqueza. Por ello, es preciso que las empresas sigan funcionando y obtengan una rentabilidad adecuada con la que remunerar a sus integrantes y aportar valor a la sociedad.

Los ciudadanos a través, de su conexión en red, han sido capaces de modificar el comportamiento de empresas, como el boicot a anunciantes en Tele 5, o las presiones de Greenpeace a Zara. Al final,  las empresas son entes cobardes que pliegan sus actuaciones antes una percepción de riesgo en su cuenta de resultados. Los ciudadanos debemos exigir un modelo empresarial que sea sostenible y acorde a los valores sociales, así como condenar al ostracismo a aquellas que no lo cumplan. 

Así pues, para cambiar el modelo de sociedad  es imprescindible que modifiquemos el modelo empresarial que sea coherente con los valores de los ciudadanos. Otros modelos son posibles dentro del sistema. En mi libro “La corporación hacker” planteo una empresa basada en la colaboración, democrática y coherente con los valores de una sociedad en red.

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