Las personas nos relacionamos con el
mundo a tres
niveles, como individuos, con nuestras comunidades/sociedad, y con el
resto del entorno/humanidad. Cada nivel se entrelaza con el resto. La
interacción de los humanos en estos tres ambientes (de pervivencia individual,
social y de manejo del entorno) es intrínseca a nuestra naturaleza, y factor
crítico para nuestra evolución hasta ser
especie dominante en la Tierra.
La política es la organización de los
ciudadanos para establecer reglas de convivencia que permitan el desarrollo
personal y social. A grandes rasgos, podemos establecer que dependiendo de
dónde se focalice la ideología, aparecen
tendencias centradas en el individuo (el liberalismo) o en la preponderancia de
la comunidad y el Estado frente la persona (comunismo). En las últimas décadas
se ha tomado conciencia de la importancia de mantener el entorno y ha aparecido
una nueva opción, el ecologismo (los verdes). El individualismo/liberalismo se
basa en la creencia que gracias al egoísmo individual se logra el bienestar
general, y con ello una sociedad desarrollada. Por el contrario, el comunismo parte
de la base que el progreso social requiere de un Estado fuerte e igualatorio,
que actúe por encima de las libertades individuales. Es decir, la política
tradicional (de derechas e izquierdas) se ha polarizado hacia aspectos concretos
de nuestros atributos humanos, olvidando nuestra esencia agregada.
La ética hacker
constituye un nuevo paradigma de pensamiento y actuación, que ha integrado con
más éxito la relación individuo-comunidad-entorno. Parte de valores profundamente
individuales como la libertad y la
búsqueda de la pasión en todo acto
humano. Pero se extiende a su comportamiento en la comunidad-red, mediante la colaboración libre, transparente, orientada a la
búsqueda de Valor y no de beneficio,
con reconocimiento equitativo de los
méritos, y respeto al diferente. Todas las actuaciones deben seguir una línea coherente y corresponsable con el resto de la Humanidad y el entorno.
Esta nueva “cosmovisión”, ha de
generar, sin duda, una nueva forma de hacer política, más transversal,
pragmática y creativa. Por una parte, la ética de la red (colaborativa,
corresponsable y meritocrática) implica
el desarrollo del Estado basado en una democracia más participativa y directa,
en la que la ciudadanía tenga el verdadero poder soberano. Es decir, la
democracia formal del “hackerismo”, debe contemplar los mecanismos de
participación ciudadana en red, que permitan ejercer un control efectivo y
transparente sobre las instituciones.
Respecto a los logros materiales de esta
nueva forma democrática, estos deben basarse en la búsqueda de soluciones
pragmáticas, avaladas por expertos con méritos reconocidos, y reservando la
posibilidad de enmienda colaborativa y equitativa de la ciudadanía. Siempre debe estar presente la máxima hacker que
dice: “Ningún problema debería resolverse dos veces". El objetivo del bien
común debe alcanzarse con la mayor transversalidad posible, balanceando las
necesidades individuales, sociales y de sostenibilidad del entorno.
Analizando los movimientos ciudadanos,
se puede concluir que muchos de ellos son cercanos al paradigma hacker (el #15M
sin ir más lejos). Pero solo encuentro una opción política coherente con estos
valores y con suficiente voluntad política para implantar un nuevo modelo
democrático: “La red
ciudadana-Partido X”. Su programa parte de la implantación de los
4 mecanismos de participación en #DemocraciayPunto (Transparencia,
Wikigobierno, Derecho a voto permanente, y referéndum obligatorio y
vinculante). Para el desarrollo material
de la democracia, contemplan un Plan de Contingencia para salir de la
crisis, revisado por expertos y enmendado por la ciudadanía.
En definitiva, esta Red ciudadana representa
el nuevo paradigma político que se abre camino para resetear el sistema.