Presentación

Quiero compartir mis reflexiones e ideas sobre el futuro de la sociedad


miércoles, 31 de julio de 2013

Política Hacker


Las personas nos relacionamos con el mundo a tres niveles, como individuos, con nuestras comunidades/sociedad, y con el resto del entorno/humanidad. Cada nivel se entrelaza con el resto. La interacción de los humanos en estos tres ambientes (de pervivencia individual, social y de manejo del entorno) es intrínseca a nuestra naturaleza, y factor crítico para  nuestra evolución hasta ser especie dominante en la Tierra.

La política es la organización de los ciudadanos para establecer reglas de convivencia que permitan el desarrollo personal y social. A grandes rasgos, podemos establecer que dependiendo de dónde se focalice la ideología,  aparecen tendencias centradas en el individuo (el liberalismo) o en la preponderancia de la comunidad y el Estado frente la persona (comunismo). En las últimas décadas se ha tomado conciencia de la importancia de mantener el entorno y ha aparecido una nueva opción, el ecologismo (los verdes). El individualismo/liberalismo se basa en la creencia que gracias al egoísmo individual se logra el bienestar general, y con ello una sociedad desarrollada. Por el contrario, el comunismo parte de la base que el progreso social requiere de un Estado fuerte e igualatorio, que actúe por encima de las libertades individuales. Es decir, la política tradicional (de derechas e izquierdas) se ha polarizado hacia aspectos concretos de nuestros atributos humanos, olvidando nuestra esencia agregada.
La ética hacker constituye un nuevo paradigma de pensamiento y actuación, que ha integrado con más éxito la relación individuo-comunidad-entorno. Parte de valores profundamente individuales como la libertad y la búsqueda de la pasión en todo acto humano. Pero se extiende a su comportamiento en la comunidad-red, mediante la colaboración libre, transparente, orientada a la búsqueda de Valor y no de beneficio, con reconocimiento equitativo de los méritos, y respeto al diferente. Todas las actuaciones deben seguir una línea coherente y corresponsable con el resto de la Humanidad y el entorno.
Esta nueva “cosmovisión”, ha de generar, sin duda, una nueva forma de hacer política, más transversal, pragmática y creativa. Por una parte, la ética de la red (colaborativa, corresponsable y meritocrática)  implica el desarrollo del Estado basado en una democracia más participativa y directa, en la que la ciudadanía tenga el verdadero poder soberano. Es decir, la democracia formal del “hackerismo”, debe contemplar los mecanismos de participación ciudadana en red, que permitan ejercer un control efectivo y transparente sobre las instituciones.
Respecto a los logros materiales de esta nueva forma democrática, estos deben basarse en la búsqueda de soluciones pragmáticas, avaladas por expertos con méritos reconocidos, y reservando la posibilidad de enmienda colaborativa y equitativa de la ciudadanía.  Siempre debe estar presente la máxima hacker que dice: “Ningún problema debería resolverse dos veces". El objetivo del bien común debe alcanzarse con la mayor transversalidad posible, balanceando las necesidades individuales, sociales y de sostenibilidad del entorno.
Analizando los movimientos ciudadanos, se puede concluir que muchos de ellos son cercanos al paradigma hacker (el #15M sin ir más lejos). Pero solo encuentro una opción política coherente con estos valores y con suficiente voluntad política para implantar un nuevo modelo democrático: “La red ciudadana-Partido X”. Su programa parte de la implantación de los 4 mecanismos de participación en #DemocraciayPunto (Transparencia, Wikigobierno, Derecho a voto permanente, y referéndum obligatorio y vinculante). Para el desarrollo  material de la democracia, contemplan un Plan de Contingencia para salir de la crisis, revisado por expertos y enmendado por la ciudadanía.
En definitiva, esta Red ciudadana representa el nuevo paradigma político que se abre camino para resetear el sistema.

jueves, 25 de julio de 2013

Los servicios del estado


¿Qué es el Estado? A través de la historia, diferentes teorías han tratado de dar respuesta a esta pregunta.
Weber lo asocia a la facultad coactiva del derecho que lo sostiene. Jellinek  a una comunidad de ciudadanos soberanos. Otros lo demarcan en un territorio concreto y las teorías nacionalistas a una cultura común.  Independiente de teorías o de la propia historia de su gestación, el Estado es un concepto, que por su carácter social debe evolucionar con el hombre.
En  la sociedad actual, el Estado es para mí, una comunidad de ciudadanos organizada para darse a sí mismos unos servicios que de individualmente no alcanzan a satisfacer. Esto implica regirse por unas normas (Derecho) y su capacidad para hacerlas cumplir a sus individuos, siempre en aras a mejorar el bien común. Es decir, el valor principal del Estado son sus ciudadanos, y por tanto está a su servicio. Cualquier ejercicio del poder que usurpe este principio deslegitima a las instituciones que lo ejercen (sea el Gobierno, el parlamento o la justicia, que no son sino los tomadores de un poder delegado).
Así pues, la comunidad-Estado debería decidir, entre sus integrantes, los servicios que aportará al conjunto. Dichos servicios deberían valorarse en cuanto a la satisfacción de unas necesidades cuasi naturales   (o leyes de la humanidad ). O sea, los servicios que a nosotros mismos nos damos deberían valorarse de acuerdo a la pirámide de necesidades de tanto individuales como sociales, y por tanto, los servicios que debe aportar el Estado, deben tender a cubrir cada uno de los estadios de nuestro desarrollo. No es aceptable, por ejemplo, que una comunidad con desarrollo pleno y con un exceso de producción de alimentos deje morir de inanición a alguno de sus miembros.
A continuación apuntaré los “los servicios mínimos” necesarios que yo deseo para que me “registre” como miembro de un Estado.
·        Seguridad Social. Debe aspirar a conseguir que ningún ciudadano tenga carencias de techo y sustento mínimo, tanto en su etapa productiva, como en la vejez. No debe ser “papá” estado quien cubra todas las necesidades, pero ningún ciudadano debe morir en la calle.

·       Sanidad. La sanidad debe ser igual y de libre acceso a todo ciudadano. No la llamo gratuita, porque la paga toda la Sociedad. Pero nadie puede beneficiarse de la salud pública. Es un centro de coste para el Estado y debe ser gestionado eficientemente. Pero no es admisible que la calidad sanitaria genere un margen comercial.

·      Educación. Es el mayor centro de beneficios de la sociedad, pues el dinero invertido repercute positivamente en el desarrollo futuro. La educación no es sólo una cuestión de niños, (aunque sea la parte más importante). Y solo una sociedad con educación continuada, innovadora y creativa puede reinventarse día a día. Cada cual puede elegir dónde formarse, pero los recursos públicos deberían becar sólo aquellas instituciones sin ánimo de lucro, o del propio Estado-comunidad.

·       Justicia. La justicia es el servicio más ligado a los valores que como sociedad esperamos. Debe responder a una escala ética común.

·        Infraestructuras: Como comunidad debemos costearnos aquellas infraestructuras necesarias para el desarrollo de nuestra sociedad, tanto de transportes (carreteras, aeropuertos) como de comunicaciones u otra. Todo ello no se puede costear individualmente y requiere una inversión conjunta por parte del estado

Además de estos servicios yo espero del Estado una eficiencia en cuanto a

·       Seguridad. Sobretodo interna al territorio asociado y ante amenazas exteriores. No tanto respecto a la geopolítica mundial.

·     Gestión y Administración de lo común (Finanzas, inspección o, mantenimiento de infraestructuras), y atención a los ciudadanos.

·       Relaciones exteriores (como comunidad con otras sean Estados u otras comunidades)

·       Aparato legislativo. El mínimo de expertos necesarios para desarrollar la norma social.
Fuera de estos servicios, cualquier parte del Estado es prescindible, en tanto que son servicios que pueden ser contratados, cuando exista necesidad y recursos para ello. Esto no quiere decir que no aspiremos a buscar lo mejor como sociedad, y por tanto fomentemos, busquemos y aspiremos al máximo bien común y a las  mayores realizaciones. Pero otros servicios de este catálogo, deben adherirse o eliminarse, sin ser un lastre para los individuos, y en todo caso no han de formar parte intrínseca de la estructura estatal.
Ejemplo de Piramide social de necesidades

jueves, 18 de julio de 2013

La creación del dinero

Es sorprendente que cuando a alguien le preguntas ¿Cómo se crea el dinero? El primer pensamiento pasa por el Estado imprimiendo billetes. Pero la realidad del sistema financiero es otra. La mejor descripción la he encontrado en el libro de Alfredo Pastor, “La ciencia humilde, economía para ciudadanos”, por eso transcribo abajo un extracto de su libro, donde se explica cómo se crea el dinero de la nada y el origen de los bancos.

Si alguien se ha quedado con las ganas de saber más sobre el privilegiado negocio de los bancos le recomiendo ver el siguiente video (dura unos  45 minutos)

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 El control de la cantidad de dinero está en el origen del sistema financiero, y no es posible entender bien la operación de la política monetaria sin saber algo del proceso de creación del dinero.
Empecemos por situarnos en un mundo sin bancos centrales, en el que el único tipo de dinero reconocido fuera la moneda metálica: un mundo que se correspondería con bastante exactitud al de la Europa medieval. Supongamos que un comerciante veneciano hubiera ganado mucho dinero en la feria de Amberes, y tuviera la intención de seguir operando allí; antes que regresar a Venecia con  su dinero a cuestas y verse expuesto a ser desvalijado a la ida o a la vuelta, preferiría dejar su dinero en Amberes, confiando a la custodia de alguien de confianza y provisto de sólidas cerraduras en su puerta. Lo mismo harían otros comerciantes, de modo que el custodio se convertiría en depositario de una gran cantidad de dinero en metálico, cobrando, naturalmente, una comisión por sus servicios y obligado a devolver el dinero a sus propietarios, en cuanto estos lo reclamasen. El depositario no tardaría en darse cuenta de que, como sus comerciantes aparecían por su casa a intervalos regulares, él podía prestar el dinero depositado a interés, por plazos naturalmente inferiores a las apariciones de sus propietarios, y esta actividad de prestamista pasaría a convertirse en su principal negocio, por ser más rentable que la mera actividad de custodio.
Con el tiempo, aparecería otra innovación importante: el prestamista no entregaría dinero en metálico al conceder un préstamo, sino que se limitaría a emitir pagarés o certificados por una cantidad de dinero, a su nombre y con su garantía. Al ser persona conocida en la plaza, esos pagarés circularían como dinero, porque serían aceptado por muchos como medio de pago, más cómodo y seguro que el trasiego de monedas; solo de vez en cuando alguien se molestaría en presentarse ante el prestamista original para reclamar el canje de su pagaré por dinero en metálico, quizá porque hubiera de desplazarse a otra ciudad. Con el tiempo, el prestamista utilizaría esos pagarés para conceder crédito a sus clientes: a cambio de devolver al prestamista en el futuro la suma inicial y el interés, ambos en metálico, el cliente recibiría un pagaré que podría emplear como medio de pago. Con esta innovación aparecen los dos primeros elementos del sistema bancario moderno. En primer lugar, que la cantidad de dinero está formada por dos componentes: las monedas metálicas, único dinero “real”, y los pagarés del prestamista, que uno puede utilizar como medio de pago allí donde sea aceptado. En segundo lugar, las monedas metálicas están acuñadas por las autoridades y su volumen queda fuera del control del prestamista; los pagarés, en cambio, son emitidos por el prestamista, y su volumen depende de él.
No puede ser prestamista una persona cualquiera: es necesario gozar de buena reputación para que los pagarés que uno emite sean aceptados como medio de pago. Para ello es necesario que todos estén convencidos de que el prestamista puede responder en cada momento entregando en dinero metálico el equivalente de sus pagarés, siendo capaz, además de devolver el dinero recibido en depósito por parte de los comerciantes. Por consiguiente, el prestamista ha de tener cuidado en no emitir demasiados pagarés, es decir, de no conceder demasiados créditos; su capacidad para otorgarlos dependerá, no sólo de la cantidad de dinero en metálico depositada en sus cofres, sino de la frecuencia con que sus propietarios acudan a reclamarla. Con el tiempo, la experiencia le dirá que si, por ejemplo, tiene dinero en metálico por valor de 1.000, el volumen total de crédito concedido – es decir, la cantidad de pagarés emitidos – no debería ser superior a 10.000. Si excede ese volumen, aumenta el riesgo de que, en su momento dado y por cualquier razón, se le presenten peticiones de metálico superiores a sus reservas: en ese momento, si nadie le presta la diferencia, el prestamista deberá declararse en quiebra.
Es sorprendente comprobar cómo esta descripción de las actividades de los primeros banqueros aún captura caracteres esenciales de un sistema bancario moderno. Los dos rasgos más importantes para nuestros propósitos son, primero, que en nuestras economías la creación de dinero la llevan a cabo el Banco Central y, en mayor medida, la banca comercial; y, segundo, que el Banco Central puede poner un límite al volumen de crédito que la banca concede – es decir,  la cantidad de dinero que emite – porque obliga a mantener el equivalente de una fracción de los créditos concedidos en forma de unos activos que sólo él emite, y que corresponden a la moneda metálica en los cofres del prestamista de antaño.Pastor, Alfredo; “La ciencia Humilde”. Editorial Crítica, 2010. ISBN: 978-84-9892-181-6

lunes, 1 de julio de 2013

Marca España


El pasado jueves regresaba a mi casa desde Frankfurt. Sentado  a mi lado,  había dos personas con quien terminé entablando conversación. Eran dos técnicos de post-venta que pertenecían a la delegación española de carretillas Still, una empresa fundada en Hamburgo hacia 1920.
Volvían alegres y dicharacheros, después de pasar varios meses trabajando en un proyecto, y me contaron su experiencia. Conforme avanzaba la historia, yo les iba solicitando más detalles, ya que me parecía un digno ejemplo sobre la exportación de la Marca España….
Hace unos meses, uno de sus clientes en Frankfurt, tenía un “apretón” y pensaron en los españolitos para que les echaran una mano. Su misión consistía en instalar algunos equipos electrónicos en las carretillas. Al llegar, a Frankfurt, sus compañeros alemanes y los responsables del cliente miraban con desconfianza. La planificación era exigente, con un ratio de 19 horas de trabajo por carretilla, y algunas de las ya terminadas, tenían defectos que subsanar. Cuando nuestros protagonistas revisaron las carretillas que no funcionaban, se “echaron las manos a la cabeza”, ya que detectaron varias negligencias en la instalación. No podían creer que los alemanes trabajasen tan mal.  Con estos antecedentes, se pusieron manos a la obra, a seguir el plan establecido. Sus primeros trabajos eran supervisados con minuciosidad pero nadie encontró defectos. Empezaban a obtener resultados de 12 horas por máquina, o lo que supone un 36% de eficiencia. Faltaba material a instalar por falta de previsión de los responsables de repuestos, y sus compañeros les indicaban que fuesen más despacio. Les pedían que si acababan su planificación, dejasen el resto para otro día. Todo sin trabajar más horas que el resto del equipo, y con limitaciones en el idioma. Ah! Y menos de la mitad del salario.

Al final plena satisfacción del cliente, felicitaciones y regalos. Los supervisores de Still, han tomado nota, y quieren que vuelvan para el próximo proyecto. Eso sí, nuestros técnicos dicen : ”el invierno que lo pasen allí los alemanes que nosotros no vamos”.

Se hablado mucho de los ingenieros que exporta España a Alemania y otros países europeos. Pero esta historia demuestra que hay muchos sectores dónde los españoles trabajamos bien…, si nos dejan. No somos vagos ni hemos vivido de la “sopa boba”, ni por supuesto hemos vivido por encima de nuestras posibilidades. No la ciudadanía….

Eso sí, la leyenda negra siempre nos persigue y estos día ha aparecido la noticia en Der Spiegelque por decreto se ha abolido “La siesta”. Si existe un ataque desde algunos medios contra la Marca España ¿no deberían nuestras instituciones denunciarlo formalmente?.  Ya sabemos que de poco sirve ser exportadores de la Marca España, (como nuestros técnicos protagonistas), si luego existen ofensivas sistemáticas de los mass-media. No sé a quién beneficia esta situación pero es preciso luchar contra los infundios no justificados