Presentación

Quiero compartir mis reflexiones e ideas sobre el futuro de la sociedad


jueves, 9 de octubre de 2014

Pensamiento hacker, ciencia y sentido común

En múltiples ocasiones se identifica  lo hacker con el pensamiento científico. Las razones son variadas. Primero por el carácter tecnológico de sus orígenes, surgido de un ambiente universitario. Por otra parte, por la manera de relacionarse, en comunidades y redes abiertas, siempre listas a exponer y compartir sus avances.
Pero el pensamiento hacker es una  vuelta de tuerca al método científico.  La ciencia, trata de explicar el mundo mediante modelos teóricos que deben ser corroborados por la experiencia y homologados como generalidades (leyes).
Lo hacker prendió de un ámbito tecnológico y cercano a la investigación universitaria. No puede desprenderse de la ciencia, en tanto madre de toda tecnología. Pero cómo técnica, es la aplicación pragmática sobre la naturaleza, para mejorar lo humano. Es decir, su objetivo es la transformación de la calidad de vida, y como derivada la mejora de la sociedad.
Por otra parte, lo hacker no se impone límites en la propia naturaleza, y con un carácter parcialmente utópico busca crear nuevos horizontes. Parten de lo científicamente aceptable para saltar las barreras de la realidad. Es el verdadero proceso transformador lo que define al humano. Así, lo hacker toma impulso del deseo emocional, y por tanto “irracional” para transitar por caminos racionales. Funde emoción y razón, abarcando el ámbito completo de lo humano, sin descartar ningún aspecto de la persona.

Con estas premisas, el pensamiento hacker está llamado a alzarse como el referente de la cultura humana, mediante la aplicación del sentido común a la superación personal y social.  Porque el sentido común es el “habitual”. Aquel que es coherente con los valores del la inmensa mayoría ( el famoso 99% de una democracia real) y por tanto es aceptable para cada uno de nosotros.

lunes, 29 de septiembre de 2014

Un tercio de vida sin democracia




El ideal democrático y la búsqueda de una democracia real recorre el mundo. Sin ir más lejos,  la pasada semana se ha trasladado a Hong Kong, donde se reclama elecciones libres. Aquí, la vieja partitocracia  aboga por una “regeneración democrática” que deje todo como está. Es obvio que la ciudadanía no se conforma con una democracia desvirtuada.
Pero si en la esfera de lo público, la democracia está considerada como el mejor de los sistemas, la mayor parte de los ciudadanos aceptan de buen grado pasar una gran parte de su vida sin democracia. En concreto un tercio de su vida…desde que entran a trabajar hasta que salen; 8 horas cada día.
La empresas, en ninguno de los modelos históricos, desde los puramente artesanales a la actual corporación capitalista, nunca ha actuado de forma democrática. Ha seguido siempre estructuras jerárquicas. Hoy, la estructura la impone el capital, si bien en otras épocas pudo estar basada en el estatus de conocimiento, iniciación o maestría.
Pero como todo lo humano, será preciso que evolucione para adaptarse a la realidad social imperante. Hoy, la sociedad demanda un voto real y efectivo, dónde el 99% tenga presencia real en la vida pública. Pero en general, nos olvidamos de ese tercio de nuestra vida, en que nuestra opinión solo cuenta según nuestro nivel jerárquico.
El modelo productivo capitalista, se ha basado en las grandes corporaciones, que se imbrican en lo público para dominar la escena del Estado. ¿no existe otro modelo productivo de éxito? ¿es imposible  una mejora del bien común no basada en corporaciones autoritarias? No necesariamente. Hemos asistido al nacimiento de empresas tecnológicas de marcado carácter hacker, en que la creación innovadora era la máxima de su existencia, y a la vez la clave de su éxito. No obstante, dichas empresas, las típicas que nacieron en el trastero de sus fundadores, pasaron a ambicionar la hegemonía del mercado y entraron en la rueda. Me niego a creer que solo un sistema autoritario sirva para producir mejor (que no más). De hecho, diversos estudios apuntan a que la colaboración entre iguales genera más éxito que el autoritarismo.
Nuevas propuestas están surgiendo, como el Bien Común de Christian Felber, o mi modelo de Corporación Hacker.  En todo caso, ningún nuevo modelo puede basarse en las estructuras actuales del mercado. Ello implica, que el 99% tome consciencia real del funcionamiento del sistema, para actuar en consecuencia.
Si consentimos vivir durante un tercio de nuestro tiempo sin tener voto, facilitamos que las corporaciones tomen el poder de las instituciones

viernes, 4 de julio de 2014

Colaborar vs compartir

Ni la crisis ha terminado, ni su fin va a ser como la mayoría esperan, pues de hecho nuestro futuro estará marcado por la incertidumbre. Si buscamos una característica en esta nueva era de la humanidad será básicamente eso…humanista. Y no porque un ideal utópico recorra el mundo, si no porque el nivel de desarrollismo que ha logrado la humanidad comienza a poner en peligro la propia existencia de la especie. La sociedad tendrá que volcarse en  nuevos valores que hagan sostenible el desarrollo de las personas, en un mundo tecnificado e hiper-explotado. Todo ello coloca a la ética hacker como una herramienta válida  para un uso pragmático en la búsqueda de soluciones.

Todas las ideologías, más o menos utópicas, han abogado por mejorar tanto el ámbito  individual como el social de la humanidad. Pero para su consecución  establecen una serie de conductas o actuaciones predeterminadas. Lo hacker incide en el bien común desde el individualismo libertario y sin más imposición que su propia ética de valores. No existen modelos vehiculares de lo “políticamente correcto”. No hay una familia modelo, ni una empresa modelo, ni ninguna institución o relación “correcta”. De hecho es la diversidad lo que enriquece el desarrollo individual y social. Esta ausencia del modelo correcto es lo que erradica la imposición sobre el diferente. Pero por contra dificulta la planificación de proyectos de sociedad al existir tantas prioridades como comunidades. La representatividad deja de ser un valor sólido, concluyendo que cada cual se representa a sí mismo. 
Así, el humanismo hacker solo puede basarse en unos pocos valores comunes, sobre los cuales construir una sociedad libre, de sano respeto y ausencia de coacción. Es una ampliación globalizada del concepto de humanismo,  con las personas y su entorno colaborando en la construcción de lo común.
Al contrario que otras formas de pensamiento, lo hacker, se basa en colaborar (trabajar en conjunto) más que en compartir (repartir). Viejas ideologías han basado la justicia social en compartir  la riqueza de forma igualitaria, o en compartir las sobras de forma caritativa. Ambas formas de repartición son injustas en cuanto a su falta de equidad o fomento de la desigualdad.
La única forma justa de aportación a la riqueza común es colaborando de forma corresponsable en el bien común.

La ejecución de un hackeo se basa en colaborar para su consecución, mostrar sus resultados abiertamente y ofrecerlos a la comunidad.

lunes, 17 de febrero de 2014

Desclasificación


Odio que me etiqueten. O al menos, que lo hagan con una sola etiqueta. Aceptaría mejor que me asignasen una “nube de tags”. Y lo rechazo, porque considero que no se puede definir a nadie con una sola palabra. Las personas somos entes complejos, con suficientes vericuetos internos para no sentirnos cómodos con una definición inamovible. Además, una etiqueta es un estigma mental en quien la emite, y también para quien la recibe. Encasilla en una posición y perjudica al cambio y la evolución de las personas. Solo es válido para la simplificación mental a través de conceptualizar realidades complejas.

La clasificación siempre lleva a la confrontación, que en materia social desencadena la “yihad de clases”. Primero te etiquetan y luego te lanzan a la guerra santa…. Yo niego esa versión maniquea y simplista de la sociedad. La verdadera lucha, la que la ciudadanía debería hacer suya, no es la lucha de clases, sino la lucha de Desclasificación. Esto implica luchar por que la sociedad  reconozca y recompense el valor que cada persona o grupo aporta al bien de la comunidad. Pero también que las personas tengan el derecho a emprender el camino que deseen, de acuerdo a sus capacidades, para que en definitiva, puedan aprehender las riendas de su futuro. La verdadera justicia social, no es igualatoria, sino equitativa. Pero tampoco sirve la ecuanimidad, si no va ligada a la movilidad social. Es decir, la sociedad debe darse a sí misma los mecanismos para que  las personas puedan dedicarse a las actividades que deseen a lo largo de su vida. Hoy puedes querer emprender un proyecto empresarial, y mañana dedicarte a  un proyecto social. Por contra, la ciudadanía debe ser vigilante ante aquellos que consigan un estatus económico, social o laboral, para controlar que se no blinden sus privilegios. Es utópico tratar que no existan privilegios. Algunos los han conseguido con su genialidad o su esfuerzo. La injusticia deviene cuando esos privilegios se heredan o mantienen en el tiempo sin aportar valor al bien común, evitando que otros puedan mejorar sus condiciones.

Hoy día, no veo clases por la calle. Veo empresarios jodidos y otros mantenidos por el sistema; veo trabajadores precarios y otros que viven de la sopa boba; veo ricos sin clase y héroes anónimos que nos dan clases magistrales. Las circunstancias y el “poltronismo” nos han llevado aquí. Por eso, la lucha democrática es la lucha por la Desclasificación efectiva. Al César lo que es del César…..

lunes, 20 de enero de 2014

El viaje de la economía


El desarrollo de una sociedad está muy relacionado con su capacidad para generar y gestionar los recursos adecuadamente. No solo importa la cantidad de recursos disponibles, sino también cómo se utilizan. El modelo competitivo se ha mostrado ineficaz frente a una realidad colaborativa más exitosa y productiva. La disputa por los recursos, llámese mercado de competencia, lucha de clases, o como se quiera, produce una adaptación evolutiva sólo válida temporalmente y en determinadas circunstancias, sometida a burbujas y crisis periódicas.
El entorno socio-económico es un Sistema complejo y de múltiples relaciones. Sus componentes interactúan entre sí, y todos son necesarios para un correcto funcionamiento. La actividad socio-económica se asemeja a realizar un viaje en nuestro propio coche. El coche es un sistema perfectamente ensamblado como puede ser una empresa. Nos permite llegar a un objetivo que es el destino de nuestro viaje.
El sistema debe  contar con algún depósito de gasolina y algunos voltios en la batería, para que junto con el motor de arranque, el coche se pueda poner en marcha, semejante al capital emprendedor. El motor es la fuerza productiva, que genera el movimiento necesario para avanzar hasta nuestro destino. Además necesita una dirección para llevarlo por el camino adecuado, un sistema de iluminación que alumbre el camino transitable (marketing) o unas ruedas que permitan seguir avanzando (ventas).
Es preciso además interactuar con otros sistemas externos, como la red de gasolineras (financiero) sin el cual el coche se para. Por supuesto debemos contar con un canal de distribución adecuado (la carretera) que nos permita transitar si mucha dificultad hasta el destino. Y el final de trayecto (el mercado) ha de ser lo suficientemente atractivo como para que el viaje merezca la pena.
Los sistemas y el equipamiento puede cambiar, pero su tarea debe ser ejecutada para que todo funcione. El motor de arranque tiene mayor importancia al comienzo del viaje, pero sin él no podremos emprenderlo. El motor puede ser eléctrico, y necesitar menos potencia, pero si no es capaz de mover la estructura con nosotros dentro, no servirá. A veces no es necesario utilizar luces, pero sin ellas no conducirás de noche. Ninguna de estas partes del coche es prescindible. Tendrá mayor o menor importancia y aportarán más o menos valor según las circunstancias y el momento de nuestro viaje, pero todas han de colaborar para poder llegar al destino.
Desde esta perspectiva.. ¿Haría un viaje importante sin batería, motor, o dirección?¿Cree que alguna parte de su coche es más importante que otra? . Mi respuesta es no. Todos tienen su función y su responsabilidad para llevarnos a buen puerto.
Ponga una dirección deportiva y descuide su motor. Verá que le ocurre…