Presentación

Quiero compartir mis reflexiones e ideas sobre el futuro de la sociedad


lunes, 29 de septiembre de 2014

Un tercio de vida sin democracia




El ideal democrático y la búsqueda de una democracia real recorre el mundo. Sin ir más lejos,  la pasada semana se ha trasladado a Hong Kong, donde se reclama elecciones libres. Aquí, la vieja partitocracia  aboga por una “regeneración democrática” que deje todo como está. Es obvio que la ciudadanía no se conforma con una democracia desvirtuada.
Pero si en la esfera de lo público, la democracia está considerada como el mejor de los sistemas, la mayor parte de los ciudadanos aceptan de buen grado pasar una gran parte de su vida sin democracia. En concreto un tercio de su vida…desde que entran a trabajar hasta que salen; 8 horas cada día.
La empresas, en ninguno de los modelos históricos, desde los puramente artesanales a la actual corporación capitalista, nunca ha actuado de forma democrática. Ha seguido siempre estructuras jerárquicas. Hoy, la estructura la impone el capital, si bien en otras épocas pudo estar basada en el estatus de conocimiento, iniciación o maestría.
Pero como todo lo humano, será preciso que evolucione para adaptarse a la realidad social imperante. Hoy, la sociedad demanda un voto real y efectivo, dónde el 99% tenga presencia real en la vida pública. Pero en general, nos olvidamos de ese tercio de nuestra vida, en que nuestra opinión solo cuenta según nuestro nivel jerárquico.
El modelo productivo capitalista, se ha basado en las grandes corporaciones, que se imbrican en lo público para dominar la escena del Estado. ¿no existe otro modelo productivo de éxito? ¿es imposible  una mejora del bien común no basada en corporaciones autoritarias? No necesariamente. Hemos asistido al nacimiento de empresas tecnológicas de marcado carácter hacker, en que la creación innovadora era la máxima de su existencia, y a la vez la clave de su éxito. No obstante, dichas empresas, las típicas que nacieron en el trastero de sus fundadores, pasaron a ambicionar la hegemonía del mercado y entraron en la rueda. Me niego a creer que solo un sistema autoritario sirva para producir mejor (que no más). De hecho, diversos estudios apuntan a que la colaboración entre iguales genera más éxito que el autoritarismo.
Nuevas propuestas están surgiendo, como el Bien Común de Christian Felber, o mi modelo de Corporación Hacker.  En todo caso, ningún nuevo modelo puede basarse en las estructuras actuales del mercado. Ello implica, que el 99% tome consciencia real del funcionamiento del sistema, para actuar en consecuencia.
Si consentimos vivir durante un tercio de nuestro tiempo sin tener voto, facilitamos que las corporaciones tomen el poder de las instituciones